La salud mental nos afecta a todos, sin importar la raza, el género, la orientación sexual ni la cultura. La cultura es el conjunto de nuestras creencias, costumbres, valores y la forma en que pensamos, nos comportamos y nos comunicamos. El contexto cultural afecta:
- Qué opinamos sobre las condiciones de salud mental
- Cómo describimos los síntomas
- Como nos comunicamos con los proveedores de atención médica, por ejemplo, los médicos y los profesionales de la salud mental
- Cómo recibimos el tratamiento y respondemos a él
Solamente un cuarto de la población afroamericana busca atención médica en salud mental, comparado con el 40% de la población caucásica. Algunas razones son la desconfianza y los diagnósticos equivocados atribuidos al prejuicio y la discriminación en el sistema de atención médica; factores sociales y económicos que afectan el acceso a la atención médica; la falta de profesionales afroamericanos de la salud mental (solamente el 3.7% de los miembros de la American Psychiatric Association y el 1.5% de los miembros de la American Psychological Association son afroamericanos).
Algunos estudios indican que los afroamericanos metabolizan muchos medicamentos más lentamente que la población en general y reciben dosis más altas, haciendo más probable que se presenten efectos secundarios adversos y menos probable que continúen con el tratamiento.
La comunidad de latinos prefiere no hablar sobre las condiciones de salud mental, y es menos probable que busque tratamiento para estas condiciones. Las barreras del idioma pueden dificultar la comunicación con los médicos. Hoy en día, muchos profesionales médicos hablan un poco de español médico, pero eso no quiere decir que entiendan las diferencias culturales que pueden llevar a que diagnostiquen mal a los latinos. Los inmigrantes indocumentados temen ser deportados, y por eso no buscan ayuda, incluso si se trata de sus hijos, quienes pueden ser ciudadanos estadounidenses. Una tercera parte de las personas que no tienen seguro médico está conformada por latinos. Una gran proporción de la población latina tiene empleos donde pagan poco, o trabajan por cuenta propia. Es normal que estos latinos no cuenten con seguro médico.
La comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, transgénero o en cuestión (LGBTQ, por sus siglas en inglés) debe enfrentar la intimidación, el estigma y el prejuicio debido a su orientación sexual o identidad de género, además de la discriminación de la sociedad en contra de las condiciones de salud mental.
De igual manera, las experiencias del personal militar, de los veteranos y sus familias deben ser consideradas con cuidado. Menos del 2% de la población se desempeña en el ejército. Las familias de militares y veteranos se sienten aisladas, ya que la población en general no puede identificarse con lo que se siente tener una carrera militar. Con frecuencia, el personal activo del ejército evita buscar tratamiento debido al estigma y al miedo de perjudicar sus carreras militares. Las heridas durante el combate, las lesiones invisibles como TEPT y TEC, así como otras condiciones de salud mental, pueden afectar la transición de la vida militar a la vida civil.
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